Todos tenemos nuestra comprensión de cómo nuestro estilo de vida impacta nuestra salud. Pero, ¿es realmente esa la imagen completa?
En el mundo acelerado y centrado en la carrera de hoy, a menudo cometemos algunos errores mientras tratamos de equilibrar el trabajo y la vida. Exploremos algunos hábitos significativos que podrían estar afectando tu cintura.
1. Comer para Complacer a los Demás
Las comidas lujosas se han convertido en un elemento básico de la cultura corporativa, a menudo disfrazadas como reuniones de team-building o con clientes. Incluso si no tienes particularmente hambre, podrías encontrarte picando opciones altas en calorías. Los investigadores han identificado que el estrés laboral puede llevar a comer en exceso como una estrategia de afrontamiento maladaptativa, contribuyendo al aumento de peso con el tiempo[1]. La próxima vez que te encuentres en esta situación, ¿por qué no optar por ensaladas magras o snacks altos en fibra que te llenen sin las calorías extra?
2. Comer Conscientemente
Ser consciente de lo que comes es crucial. Muchos de nosotros somos conscientes de la salud durante el desayuno y el almuerzo, pero por la noche, el agotamiento toma el control, llevando a atracones de comida rápida poco saludables. El estrés del día puede contribuir a este comportamiento, ya que se sabe que el estrés crónico interrumpe los efectos regulatorios del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA) sobre el control del apetito, resultando a menudo en un aumento de los antojos por alimentos sabrosos[5]. Mantente consciente de las necesidades de tu cuerpo y hazlo un hábito llevar snacks saludables para evitar esos antojos poco saludables.
3. La Ambiencia Importa
El entorno donde comes puede influir significativamente en el tamaño de las porciones. Los estudios sugieren que la iluminación tenue puede llevar al consumo excesivo de alimentos, mientras que las temperaturas más frescas en la habitación también pueden afectar la regulación del apetito[3]. Intenta disfrutar de tus comidas en entornos bien iluminados y cómodos para ayudar a controlar tu ingesta.
4. Horarios de Trabajo Erráticos
Un horario de trabajo irregular puede interrumpir tu estilo de vida. Si constantemente trabajas hasta tarde o comienzas temprano, podrías encontrarte saltándote los entrenamientos para ponerte al día con el sueño. Esto puede alterar tus hormonas y hacer que te sientas más hambriento. La investigación ha demostrado que la exposición frecuente al estrés puede aumentar la carga alostática, llevando a la desregulación del apetito y la homeostasis energética[4]. Incorpora actividad física siempre que puedas, como subir escaleras o dar un paseo rápido para mantener tus músculos activos.
5. No Beber Suficiente Agua
Esto puede ser un problema serio al considerar el aumento de peso. Cuando estamos ocupados en el trabajo, a menudo olvidamos beber agua durante largos períodos, optando en su lugar por cafeína. La deshidratación puede impactar significativamente los niveles de hambre y energía, y el consumo excesivo de cafeína puede agravar este problema, llevando a un ciclo de aumento del hambre y malas elecciones alimenticias[2]. Mantén una botella de agua a mano y haz un esfuerzo por beber regularmente.
6. Comer por Estrés
El estrés es un aspecto común de la vida personal y profesional, llevando a niveles más altos de cortisol en el cuerpo. Esta hormona puede desencadenar esos molestos retortijones de hambre, llevándote a buscar más comida. Establecer una rutina de sueño adecuada puede ayudar a contrarrestar esto, y aprender técnicas efectivas de manejo del estrés puede reducir significativamente los comportamientos alimentarios inducidos por el estrés[2]. Si enfrentas desafíos con tu salud o peso, podrías considerar una consulta médica en línea. Con la ayuda de un médico de IA, puedes obtener consejos personalizados. Entonces, ¿por qué no charlar con un médico en línea para explorar tus opciones?
Referencias:
- Bridget Murphy, Niyati Parekh, Dorice L Vieira, Joyce A O'Connor. Una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios que examinan intervenciones de bienestar en el lugar de trabajo.. PubMed. 2022.
- Rebecca R Klatzkin, Allie Baldassaro, Saniya Rashid. Respuestas fisiológicas al estrés agudo y el impulso de comer: El impacto del estrés percibido en la vida.. PubMed. 2019.
- Jason Bini, Lisa Parikh, Cheryl Lacadie, Janice J Hwang, Saloni Shah, Samuel B Rosenberg, Dongju Seo, Katherine Lam, Muhammad Hamza, Renata Belfort De Aguiar, Todd Constable, Robert S Sherwin, Rajita Sinha, Ania M Jastreboff. Los glucocorticoides a nivel de estrés aumentan el hambre en ayunas y disminuyen el flujo sanguíneo cerebral en regiones que regulan la alimentación.. PubMed. 2022.
- Armghan H Ans, Ibrar Anjum, Vaibhav Satija, Awaisha Inayat, Zain Asghar, Imran Akram, Bishesh Shrestha. Regulación neurohormonal del apetito y su relación con el estrés: Una mini revisión de la literatura.. PubMed. 2018.
- Rebecca R Klatzkin, Allie Baldassaro, Ellery Hayden. El impacto del estrés crónico en los predictores de la alimentación inducida por estrés agudo en mujeres.. PubMed. 2018.