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Abrazando la Nutrición: Un Viaje Sabroso hacia la Salud

Dondequiera que te encuentres en el espectro de los amantes de la comida, un repaso rápido sobre los conceptos básicos de la nutrición siempre es una buena idea. ¡La Asociación Dietética Americana (ADA) también lo piensa! Iniciaron la Semana Nacional de la Nutrición en marzo de 1975, y ahora es un evento anual diseñado para resaltar la importancia de un estilo de vida nutritivo y activo. ¿El tema de este año? 'Celebra un Mundo de Sabores' — una forma divertida de enseñar a todos sobre alimentos saludables y nutritivos que no sacrifican el sabor. ¡Así que, sumerjámonos en algunas ideas sabrosas!

1. El Desafío de la Proporcionalidad

A medida que envejecemos, las necesidades nutricionales de nuestro cuerpo cambian, haciendo que la ingesta de nutrientes sea bastante crucial. Para decirlo de manera simple, tu ingesta nutricional debería coincidir idealmente con tu edad, de lo contrario, podrías estar haciendo algo mal. Para todos los grupos de edad, la regla general es cubrir los cinco nutrientes esenciales: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Es importante reconocer que a medida que envejecemos, la probabilidad de desarrollar condiciones crónicas aumenta, a menudo debido a una ingesta inadecuada de nutrientes. La investigación indica que los adultos mayores deben centrarse especialmente en aumentar su ingesta de proteínas, grasas saludables, calcio y micronutrientes como el ácido fólico y el hierro para mitigar los riesgos para la salud asociados con el envejecimiento, incluidas las enfermedades cardiovasculares y los trastornos metabólicos[1]. El metabolismo realmente no espera a nadie; comienza a desacelerarse cuando alcanzas el rango de edad de 40 a 60 años, que es también cuando aumentan los riesgos de infarto. ¡Así que es hora de despedirse de esos alimentos fritos!

2. Nutrición en Tiempos de COVID-19

Sí, esa palabra probablemente te envía escalofríos en este momento. Pero créeme, podrías escuchar menos sobre COVID si te concentras en cómo prevenirlo a través de una alimentación saludable. Una dieta equilibrada rica en frutas y verduras puede mejorar significativamente tu respuesta inmune, particularmente aquellas altas en vitamina C, que son fantásticas para tu sistema inmunológico[3]. Los frutos secos y los aceites saludables son excelentes para agregar grasas buenas, fibras dietéticas y antioxidantes que pueden ayudar a restaurar tu fuerza después de luchar contra COVID-19. En lugar de picar palomitas de maíz, prueba semillas de calabaza y girasol para un bocadillo más saludable. También puedes aumentar tu ingesta de vitamina B para fortalecer esos músculos y mejorar los niveles de hemoglobina con pollo, carne y pescado. Además, los estudios han demostrado que mantener un peso saludable a través de la dieta y el ejercicio puede reducir significativamente el riesgo de resultados severos relacionados con COVID-19[4]. Y no olvides hidratarte. El suero de leche, el agua de coco y el agua infusionada con frutas y verduras son excelentes opciones.

3. Mantén un Ojo en tus Escalas

Manejar tu peso puede ser todo un desafío, ya sea que estés tratando de perder algo o simplemente mantener lo que tienes. Escucha las necesidades de tu cuerpo y mantente satisfecho con comidas más pequeñas y saludables. El mantenimiento del peso también significa ser consistente con la ingesta de agua para alcanzar tus objetivos de peso. Solo un aviso: la hidratación no proviene del alcohol o la cafeína (solo lo digo). Una mayor variabilidad intraindividual del índice de masa corporal se ha relacionado con un mayor riesgo de hospitalización debido a COVID-19, destacando la importancia de hábitos saludables consistentes[2]. Claro, la actividad física puede parecer una tarea, pero ayuda a reducir el estrés y eliminar toxinas, lo que a su vez facilita comer de manera más saludable. ¡Así que, ponte esas zapatillas y sal a correr o algo así!

4. Di Sí a la Comida Casera

Decide abrazar la alimentación consciente — considera tu corazón y no lo hagas solo porque tienes que hacerlo. Los alimentos procesados y listos para comer pueden ser tentadores, pero créeme, el camino hacia un corazón feliz no es a través de esas soluciones rápidas. Deja que tu cerebro tome las decisiones cuando se trata de tus elecciones alimenticias. ¡Elige tus verduras y comienza a cocinar! Entiende cómo tu mente influye en lo que termina en tu plato, para que consigas el mejor trato nutricional. La tríada sindrómica de COVID-19, diabetes tipo 2 y desnutrición sugiere que una dieta bien equilibrada y casera puede desempeñar un papel crucial en el manejo efectivo de estas condiciones[5].


Absolutamente puedes disfrutar de tu pastel saludable y comerlo también si consultas con expertos en nutrición y cambias la comida chatarra por alternativas nutritivas. ¡Te mereces un arcoíris de alimentos y sabores, así que date un capricho (y a la comida saludable) con un poco de amor!

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