Según encuestas, el cáncer de hígado ocupa el cuarto lugar entre los cánceres más prevalentes en todo el mundo, causando aproximadamente 600,000 muertes anuales. Los estudios indican que la incidencia del cáncer de hígado a menudo está relacionada con condiciones subyacentes como la hepatitis crónica y la cirrosis, que contribuyen significativamente a su progresión y gravedad [2]. Por lo tanto, si nota algún síntoma relacionado con el cáncer de hígado, es crucial tomarlos en serio y considerar hacerse un chequeo de inmediato.
Curiosamente, más del 75% de los casos de cáncer de hígado ocurren en hombres. Esto podría estar relacionado con su mayor tendencia a fumar y beber en comparación con las mujeres, aunque no hay una explicación científica definitiva. La investigación sugiere que los factores de estilo de vida, incluyendo el consumo de alcohol y el tabaquismo, elevan significativamente el riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular, el tipo más común de cáncer de hígado [5].
Aquí están los signos clave del cáncer de hígado de los que debe estar al tanto. Si experimenta alguno de estos síntomas, es una buena idea consultar a un médico para una evaluación exhaustiva. Y si consume alcohol, debe estar particularmente atento, independientemente de su género.
- Puede sentirse extremadamente fatigado o inusualmente inquieto, lo que puede ser un indicador temprano de disfunción hepática [3].
- La pérdida de peso notable ocurre sin cambios en su dieta; esto a veces puede atribuirse a la incapacidad del cuerpo para metabolizar nutrientes de manera efectiva debido a un deterioro hepático.
- Las comidas pequeñas pueden dejarlo sintiéndose hinchado durante mucho más tiempo de lo habitual, un síntoma que puede surgir de problemas relacionados con la producción de bilis [1].
- Un bulto discernible en el lado derecho de su abdomen, a menudo acompañado de dolores agudos, que puede indicar la presencia de un tumor o un hígado agrandado.
- No hay problemas visibles en la piel, pero experimenta picazón persistente, que puede ser el resultado de la acumulación de ácidos biliares en el torrente sanguíneo.
- Náuseas durante las comidas, incluso si tiene hambre, junto con una caída repentina del apetito, que son comunes en pacientes con enfermedad hepática.
- Parcheados blancos inesperados o excreciones en forma de hilo en sus heces, que pueden indicar anormalidades en la secreción de bilis.
- Debilidad muscular constante que persiste a pesar del descanso adecuado, una condición que a menudo reportan los pacientes con enfermedad hepática avanzada.
- Hinchazón anormal repentina en su abdomen inferior, que puede señalar ascitis, una condición relacionada con la disfunción hepática.
Si ha estado experimentando alguno de estos síntomas durante más de una semana, definitivamente es hora de ver a un médico. No hay daño en hacerse una evaluación; puede ayudar a tranquilizar su mente y asegurar que su salud esté en buen camino.